Ciertos desequilibrios funcionales del sistema visceral: gastritis, hernia de hiato, molestias intestinales, estreñimiento, trastornos digestivos en relación con la vesícula biliar, trastornos menstruales (dismenorreas, síndrome intermenstrual y otras patologías de la esfera genital).
El tratamiento visceral puede ser, muy a menudo, necesario para aliviar ciertos dolores del aparato locomotor: en efecto, el sistema visceral proyecta a veces su sufrimiento a nivel de raquis (reflejos víscero-somáticos). Como por ejemplo una ptosis estomacal por su inervación nerviosa y relación fascial puede producir dorsalgias, cervicalgias y síntomas a nivel gleno-humeral.